La ciudad de Caleta Olivia le ofrece al turista gran cantidad de actividades y lugares para conocer en su territorio y sus alrededores, donde también se puede aprender sobre la historia, geografía y fauna de la localidad.
Humedal "Segunda Laguna"
Esta reserva natural es un sitio con una gran biodiversidad de especies de flora y fauna, rico en artemias salinas, las cuales son un alimento muy nutritivo para diferentes aves que arriban a la laguna en periodos estivales para alimentarse y reproducirse. Entre ellas, pueden encontrarse flamencos de clase phoenicopterus chilensis, los cuales se caracterizan por sus colores blanquecino-rosados y cuyos machos pueden alcanzar la altura de un metro, mientras que las hembras son un poco más pequeñas. Asimismo, también hospeda otras aves, tales como el chorlito yanqui, gaviotas cocineras, cisnes de cuello blanco y cuello negro, patos silvestres, avutardas, entre otras.
Reserva "La Caleta"
Ubicada en el extremo sur de la localidad de Caleta Olivia, a sólo 10 kilómetros del centro urbano, siguiendo la Ruta Nacional N°3 se encuentra inmersa en un paisaje puramente costero “La Caleta”, una colonia de lobos marinos de un pelo que en los últimos años se ha instalado como un paso obligado de los turistas que circulan con destino al sur.
En la zona costera, donde transitan pescadores, visitantes y amantes de la naturaleza, pasan sus días entre 300 y 600 lobos marinos, como así también aves marinas entre las que se cuentan gaviotas y cormoranes.
En cercanías del Puerto que recibe el nombre de “Caleta Paula”, por el borde costero de la ciudad, estos maravillosos mamíferos con una presencia histórica en la región se aventuran con su aspecto magistral brindándole al paisaje natural cotidiano un aire diferente. Es que producto de que esta especie se encuentra en peligro de extinción, en el año 2008 el espacio costero donde se apostaron los lobos marinos, fue declarado Reserva Natural Municipal, mediante la Ley 3028/08 con el objetivo de resguardar y proteger la especie.
Paseo Costero
Un gran atractivo de esta ciudad es, sin dudas, su costa típicamente patagónica que presenta una postal inolvidable entre majestuosos acantilados y playas de arena fina y canto rodado.
La costa es ideal para realizar caminatas durante la bajamar bordeando la caleta donde se pueden avistar gaviotas, cormoranes y sobre las rocas algunos mejillones, caracoles, estrellas y erizos de mar, algas verdes, rojas y pardas. O hacer bicicletadas por el Paseo Costero, que constituye un atractivo turístico por la extensión del mismo de norte a sur de la ciudad terminando con una vista panorámica al Puerto Caleta Paula.
En verano también se puede disfrutar de las hermosas playas, tanto para tomar sol como para realizar actividades recreativas y náuticas, así como practicar la pesca costera en el Golfo San Jorge, ya que reúne todas las condiciones necesarias para este tipo de deporte, en el que se pueden capturar ejemplares de pejerrey patagónico y róbalo durante todo el año y en época estival (diciembre a marzo) se consiguen rayas, tiburones, cazones gatopardo y gatuzo, pez gallo, mero y palometa.
Monumento "El Gorosito"
El monumento al obrero petrolero, conocido popularmente como “El Gorosito” es una estatua de hierro y cemento de 10,8 metros de altura, ubicada sobre una plataforma de 1,6 metros de alto, localizada en el centro de la ciudad de Caleta Olivia.
Origen
José María Cifuentes, topógrafo de YPF en su momento, pero a la vez devenido en escultor y artista plástico de vocación, propuso el proyecto a las autoridades de YPF en 1958, recibiendo respuesta negativa. Entre otras cosas, parecía que el boceto no era lo que se esperaba de un símbolo del emergente petróleo. Su tenacidad y su perseverancia fueron fundamentales para superar los embates del contexto, vinculados a las políticas represivas de un gobierno militar y a los problemas de financiamiento para llevar adelante el proyecto.
Diez años después, una comisión de vecinos lo designó como responsable de la ejecución técnica de esta obra y al mismo tiempo convocó al escultor Pablo Daniel Sánchez y varios ayudantes, para el diseño de la figura escultórica. La financiación del proyecto provino en su mayor parte de aportes privados.
Construcción
El coloso petrolero comenzó a construirse en dos partes, por un lado la figura escultórica y por otro la base de hormigón, para luego ubicarse en la intersección de las avenidas Güemes, Independencia y San Martín, en pleno centro de la ciudad.
La historia señala que el 13 de diciembre de 1969 fue la fecha de la primera inauguración, pero ese día sólo estaban listos los pantalones del Gorosito y días más tarde, el 24 de diciembre, se celebró la Misa de Gallo al pie de la obra terminada donde se dieron cita numerosos vecinos para festejar el advenimiento de lo que se transformaría en el ícono de Caleta.
El espectáculo fue seguido por unas 600 personas, que vieron los trece metros de altura de una imponente mole de hierro y cemento erigirse como el monumento más grande de la Patagonia, cuando la casa más alta de la ciudad no superaba los 4 metros.
Fue colocado sobre un pedestal en el que se fijaron placas alusivas a los caídos en cumplimiento del deber, a las instituciones que posibilitaron la obra, a las colectividades extranjeras, a las asociaciones provinciales y centros vecinales.
Más tarde, alguien le impuso el apelativo de “El Gorosito”, pero no está claro si fue porque se parecía a un fornido petrolero que tenía esa estampa o a un trabajador postal con ese apellido.
Simbología
La figura representa el torso desnudo de un operario al pie del pozo petrolero, que inicia su labor al abrir la válvula que pone en funcionamiento la producción. Con su mirada hacia el norte, simboliza de la entrega de dicha riqueza hacia el resto de la República a la que abastece.
Con el tiempo “El Gorosito” se convirtió en figura emblemática de la ciudad, siendo el punto de reunión para los festejos, reclamos, y manifestaciones, entre otros encuentros de los vecinos.
Bosques Petrificados
El lugar es, literalmente, un bosque. Sus troncos de piedra están derribados, pero sus raíces están en el mismo lugar en donde transcurrieron sus vidas.
El sitio es impactante y está considerado uno de los yacimientos fósiles más importantes del país. ¿Por qué? Porque allí se encuentran los árboles petrificados más grandes del mundo: algunos ejemplares llegan a medir 35 metros de longitud (sin contar partes enterradas, ramas menores y copa) y tener hasta 3 metros como diámetro mayor. En el momento de petrificarse contaban con 1.000 años de edad.
En esta extensa área de 10.000 hectáreas no solamente se ven troncos. A pesar de ser un lugar casi desértico (no llueven más de 200 milímetros por año) y muy ventoso, numerosa fauna habita el lugar. Se pueden ver guanacos, zorros colorados, pumas, maras, lagartijas, zorrinos, piches, ñandúes, choiques, águilas y martinetas entre otras especies que andan entre los árboles petrificados, por lo que los guardaparques evitan que sean molestados.
Las comodidades cerca de allí son pocas, habiendo sólo un museo y un centro de información. Los guardaparques organizan caminatas guiadas.
La entrada al área protegida se encuentra sobre la Ruta Nacional Nº 3, a mitad de camino entre las localidades santacruceñas de Caleta Olivia, al norte, y Puerto San Julián, al sur. A la altura del Km 2063, se desvía a la Ruta Provincial Nº 49 y, luego de recorrer 50 km, se llega hasta la seccional de guardaparques del Parque Nacional.